Conflictos entre hermanos con TDAH

Conflictos entre hermanos con TDAH

Conflictos entre hermanos con TDAH

El ambiente de un hogar puede complicarse si hay algún hijo o hermano con TDAH. Los conflictos que puede haber suelen afectar a todos en la familia. Con los hermanos es común.

Problemas como peleas frecuentes, invasión del espacio personal de alguien, atención de los padres dispareja, entre otras cosas, forman parte de la vida cotidiana cuando hay TDAH.

Las confrontaciones comienzan en los primeros años de edad de los niños y suelen extenderse e incluso complicarse aún más en la adolescencia.

De hecho, es mucho más frecuente que haya diferencias y riñas cuando los hijos son de muy distintas edades. Y cuando uno de ellos tiene TDAH esto se vuelve más notorio.

Causas de Conflictos entre Hermanos con TDAH

En primer lugar, cuenta el factor personalidad. Si hay chicos más tranquilos junto a otros inquietos, esto puede provocar desacuerdos y diferencias a la hora de jugar y comunicarse.

También pueden intervenir la lucha por el poder, la atención y la rivalidad que en ocasiones se dan por competencia natural o bien, por mal humor u otros factores.

Los objetos personales, juguetes, materiales, alimentos y demás insumos del día a día pueden ser igualmente objeto de discordia cuando quieren tener lo que otros tienen.

Y si, aparte de lo anterior, existen celos o envidias entre hermanos a causa del trato que les dan los padres o cualquier otra situación que haya en su percepción, aumenta la crisis.

Inclusive los especialistas han notado que puede haber por ejemplo resentimiento debido a diferentes eventos del pasado donde las cosas no han salido bien, y esto igual afecta.

Además, si el pequeño con TDAH presenta baja autoestima (como suele suceder), esto le dificulta más las relaciones sociales y familiares, porque distorsiona su visión del mundo.

El enojo, la ira, la tristeza y otros sentimientos que pueden estar a flor de piel en los momentos difíciles o en las rutinas provocan que se añadan berrinches, golpes y más.

Si se desea leer otros consejos de los profesionales en estos casos:

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¿A qué edad aparecen las señales del TDAH?

A qué edad aparecen las señales del TDAH

¿A qué edad aparecen las señales del TDAH?

Muchas veces el entorno escolar hace notorias las distintas problemáticas a las que se enfrenta un pequeño que ha sido o será diagnosticado con TDAH.

Esto se debe a que los síntomas como la falta de atención, impulsividad e hiperactividad propios del trastorno resultan más evidentes en tareas y actividades de la escuela.

En parte, es porque es en el colegio o centro educativo donde se requiere y se espera una mayor concentración, autocontrol y paciencia por parte de los pequeños.

En casa esto suele ocurrir menos ya que a veces para evitar problemas se les demanda menos.

Señales de Primeros Síntomas de TDAH


Alrededor de los 7 años es cuando comienzan los primeros síntomas observables.

Algunas de las señales de los chiquitos pueden ser la dificultad para respetar el espacio personal, turnos y emociones ajenas.

Si además se le añaden factores temperamentales como un fuerte carácter o personalidad dominante, entonces suelen darse más crisis en los diferentes ambientes.

Y resulta contraproducente cuando el estilo de crianza no está definido o ha cometido errores u omisiones. Esto puede ser en casos como la falta de consistencia o congruencia.

Por ejemplo, se establecen reglas y al romperlas el educado no vive consecuencias. Sin embargo, a pesar de que las señales comienzan a verse, pueden ser difíciles de identificar.

Con frecuencia los padres desconocen los parámetros de comportamiento, socialización y otros factores que usan los pediatras y profesionales para hacer un diagnóstico.

Quienes tienen hijos que cumplen con estas características y se comportan de este modo (con TDAH), se preguntan el por qué de sus actos, pero no saben explicarlos o nombrarlos.

Una manera conveniente de darse cuenta a qué edad aparecen las señales del TDAH es observar y registrar cuántas veces en un día y/ o en una semana se da la conducta vista.

Si se trata de algo que ocurre diariamente, o más aún, varias veces en un mismo día, entonces hay una incidencia alta o repetición de eventos o situaciones.

Esta repetición o frecuencia indicará que sí se trata de señales, y no solo de corazonadas o preocupaciones absurdas.

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¿Qué otros trastornos se asocian al TDAH?

Qué otros trastornos se asocian al TDAH

Es muy frecuente que el trastorno de déficit de atención se manifieste en relación con otros trastornos. Esto hace que se presente una serie de retos para los padres, educadores y profesionales de la medicina.

Algunos de los principales problemas que normalmente acompañan al TDAH suelen ser problemas de socialización y/ o integración, trastornos o problemas de aprendizaje o rendimiento académico.

También son frecuentes problemas de comportamiento o conductuales, depresión, ansiedad, estrés y conductas de riesgo.

En ocasiones los niños con este trastorno se comportan de modo desafiante, se encuentran molestos fácilmente o responden con agresión ante los estímulos y/ o relaciones con sus pares.

De hecho también puede ocurrir esto con los adultos que los cuidan.

Puede ser que, si los niños presentan una conducta inapropiada constante, y ésta les ocasione problemas en diferentes contextos, entonces exista además un trastorno de oposición desafiante.

Se da con frecuencia que se involucra en discusiones, intenta lastimar, molesta a otros y culpa al compañero.

En sí, se dice que hay un problema de conducta si el niño muestra un patrón de comportamiento agresivo, rompe constantemente las normas, se lesionan seguido a sí mismos o a los demás.

En ocasiones mienten, roban o se meten en líos deliberadamente.

También suele ocurrir que el TDAH vaya acompañado de dificultades escolares. Las más comunes son con la lectura (dislexia), la escritura (disgrafia) o las matemáticas (discalculia).

Todo ello junto puede dificultar la permanencia, el desarrollo y el gusto por la escuela, además del aprovechamiento.

En esta situación, es importante que las familias y centros escolares trabajen en equipo para hallar la información, orientación y resoluciones correctas.

Es claro que cuando se hace presente el TDAH, los niños tengan miedos y pensamientos que afecten su estabilidad emocional. Así puede llegar a surgir ansiedad (por separación familiar, social o general).

La depresión también causa que los niños con el trastorno se sientan tristes o pierdan la esperanza, al verse frustrados o saberse en problemas.

Habrá que tener mucho cuidado para que, si esto ocurre, evitemos trastornos del sueño y/ o alimentación.

Es importante que los padres se muestren observadores y se capaciten en el manejo adecuado del comportamiento, y busquen un plan de terapia adecuado para cuidar su sano desarrollo y sus relaciones.

Servirá además para saber cómo actuar ante cualquier incidente.

Fuente de apoyo para más información sobre el TDAH:

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¿Cómo saber si realmente es TDAH?

¿Cómo saber si realmente es TDAH?

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidenses aseguran que no existe un examen único que pueda diagnosticar el TDAH. Esto es porque el proceso de detección requiere de varias etapas.

Por eso, ellos recomiendan primero hablar con un profesional de la salud mental, psicólogo, pediatra o psiquiatra. Esto con el fin de descubrir si los síntomas presentados en verdad se relacionan con el diagnóstico en cuestión.

Por su parte, la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, 2013) aconseja que dicho profesional observe por un tiempo la conducta del niño a diagnosticar en sus diferentes contextos socioculturales.

Se estudia especialmente lo que pasa en casa y en la escuela.

Eso le permitirá determinar, además, si es TDAH o si tiene otra condición como depresión, ansiedad, etc.

Entonces, ¿Cómo saber si realmente es TDAH?

Un documento útil y actualizado para la detección del trastorno es el Manual médico y estadístico de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (DSM-5, quinta edición).

Este funciona como un estándar que facilita el correcto diagnóstico y tratamiento del TDAH.

La prueba considera los aspectos más importantes para la detección y los enumera en una serie de criterios tales como la falta de atención (poca retención, desorganización, distracción…), hiperactividad e impulsividad (moverse, trepar, hablar…), y otras condiciones que deben cumplirse para llegar a una conclusión adecuada.

Entre estas condiciones destaca el hecho de que los síntomas coincidan en varios contextos, por ejemplo el familiar y el escolar, y/ o que éstos estén afectando su calidad de vida y/ o desempeño.

Y una vez que se realiza el diagnóstico, de acuerdo con los síntomas presentados puede existir tres tipos o manifestaciones del TDAH, las cuales son las siguientes:

1. Presentación combinada de síntomas de falta de atención y de hiperactividad/ impulsividad
2. Presentación de la falta de atención como criterio dominante (no hay suficiente presencia de hiperactividad/ impulsividad pero sí de falta de atención)
3. Presentación de la hiperactividad/ impulsividad como criterio principal (se presenta éste pero hay síntomas de la falta de atención)

Hay que recordar que un diagnóstico no es inequívoco, universal ni eterno.

Conviene siempre asegurarnos de fue hecho correctamente por un profesional, y que así como la conducta humana cambia con el tiempo y/o la realidad, también puede cambiar el diagnóstico.

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Primeros Síntomas del TDAH en Niños

Primeros Síntomas del TDAH

El trastorno de TDAH se presenta entre un 3% y un 5% de los escolares, con mayor frecuencia en niños que en niñas. Estos son datos en acuerdo con instituciones como Casa Pediátrica (2020).

En el caso de México, hay cerca de 1.5 millones de niños registrados con éste. Esto ocurre especialmente entre los siete y los doce años de edad.

De hecho, podemos empezar a considerar que nuestro niño tenga TDAH si existen problemas de bajo rendimiento académico y las relaciones interpersonales se ven afectadas.

Los primeros síntomas del TDAH para considerar visitar un especialista están relacionados con problemas de distracción constante.

Si no lo logra algunas metas, empieza un trabajo pero no lo termina, igualmente se recomienda buscar ayuda.

Inclusive, si el menor suele manejar con dificultad las actividades con secuencias, se mueve continuamente dando palmaditas, corriendo o retorciéndose, conviene hacerlo.

Si se cumple lo anterior, es muy probable que exista un caso digno de evaluar para saber si el pequeño tiene TDAH.

Si por ejemplo, el chico presenta una serie de conductas ansiosas como interrumpir cuando se le habla, no esperar turnos, hablar en exceso, todas estas son señales a considerar.

Tomar o usar las cosas ajenas sin autorización, o se le dificulta quedarse quieto, todos son síntomas del TDAH.

Muchas veces las personas que se relacionan con el niño notan que no puede seguir reglas básicas de convivencia, se vuelve complicado de sobrellevar y se siente incómodo en una serie de situaciones donde debe ceder u obedecer instrucciones y pueden tener distintas reacciones.

Si se trata de alguien con conocimiento de causa, es decir, alguna persona cercana que sea un profesional de la salud y/ o la educación, y se acerca a darnos algún consejo al respecto de lo anterior, estemos atentos.

Se recomienda estar abiertos a escuchar y detectar que es momento de empezar a considerar si tenemos un hijo con TDAH.

Pero si, por el contrario, algún desconocido o un familiar se acerca a nosotros para hablar del tema, lo más recomendable es tener una actitud positiva tratanto de valorar la buena intención detrás del mensaje recibido, sin ponernos a la defensiva ni tomarlo a mal.

En caso de requerir más información, hay centros de atención a los que se puede recurrir:

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